Fuente original: E. A. Poe Society of
Baltimore. The mysterious death of Edgar Allan Poe
Traducción: Malvanegra
Traducción: Malvanegra
Poe y las drogas
El
uso que Poe hizo de las drogas, para la mayoría, fue un simple recurso
literario. En algunas de las historias más fantásticas de Poe, sus narradores
admiten consumir opio, pero uno debería darse cuenta de que son esos narradores,
y no el propio Poe quien consumen las drogas. Las historias de Poe están a
menudo escritas en primera persona, y dado que fueron impresas bajo su nombre,
muchos de sus lectores cayeron en el error de confundir el escritor real con el
escritor ficticio. Esta incomprensible confusión comenzó con la publicación de
los Cuentos de Poe, los cuales fueron catalogados en más de una ocasión
como "las extrañas efusiones de un consumidor de opio". Aunque muchos se
preguntaron si la imaginación de Poe estaba ensombrecida por las drogas, no
parece que nadie lo haya acusado seriamente de consumirlas habitualmente a lo
largo de su vida. Incluso el enemigo más amargo de Poe, el Dr. Thomas Dunn
English admitió que "de haber tenido Poe el hábito de consumir opio cuando lo
conocí, yo, como médico y hombre de observación, debería haberlo descubierto en
sus frecuentes visitas a mi consulta, mis visitas a su casa, y nuestros
encuentros en cualquier otro lugar. Sin embargo no vi signos de ello".
En
1884, el Dr. John Carter, que conoció y examinó a Poe, escribió a G. E.
Woodberry: "Poe nunca consumió opio en ninguna situación de la que yo tenga
constancia... nunca escuché ninguna alusión al respecto, y si él hubiese contraído el hábito, éste lo
habría acompañado a Richmond". Siguiendo a este extracto de las
palabras del Dr. Carter, Woodberry aporta su propia opinión: "Me inclino a
pensar que Poe comenzó a tomar drogas en Baltimore, y que sus períodos de
abstinencia de licor se acompañaron de consumo de opio..." Dado que nunca
conoció a Poe, y además tampoco aporta pruebas que sustenten su opinión, las
conjeturas de Woodberry no deberían tenerse en cuenta. Por desgracia, Hervey
Allen citó por error las palabras de Woodberry como si fueran parte de la carta
de John Carter en su biografía "Israfel. Vida y tiempos de Edgar Allan Poe".
Este episodio nos sirve para ver cómo un experto competente puede cometer un
simple pero embarazoso error. La implicación en este caso puede ser muy seria,
puesto que muchos lectores aceptan lo que leen como cierto y son reacios a
comprobar la verdad en las fuentes originales. El lector del Israfel de
Allen se queda con la falsa impresión de que Poe fue etiquetado como un
consumidor de opio por un testigo de primera mano con conocimientos médicos.
La
única prueba de que Poe declarara utilizar opio se encuentra en una carta a
Annie Richmond del 16 de noviembre de 1848. En una serie de frases inconexas, le
habla a Mrs. Richmond sobre su intento de suicidio utilizando láudano. De ser
cierto, su pérdida de conciencia antes de que pudiese tomar la dosis completa es
un argumento a favor de que su cuerpo no estaba acostumbrado a la droga. También
se puede pensar que el episodio entero es demasiado romántico como para no ser
más que otra de las invenciones fantásticas de Poe, creada para impresionar a su
amiga con su profunda desesperación.
Es
lógico pensar que Poe realmente utilizó algo de medicación derivada del opio, ya
que éste era un ingrediente farmacéutico bastante común en la época, pero eso es
todo. Puede afirmarse con seguridad que Poe no era un drogadicto.
Poe y el alcohol
Desde un punto de vista puramente médico, debería ser justo decir que Poe
era un alcohólico. Desgraciadamente, el uso común de este término lleva más allá
de su significado estrictamente médico. Primero, sugiere que la vida de Poe fue
una larga serie de juergas con alcohol, lo cual es cruel e inexacto. Segundo, esa afirmación es utilizada para descatalogar a
Poe como escritor, como si sus poemas e historias fueran mejores o peores en
función de sus hábitos personales. Es lógico decir que ninguna de las historias
o poemas de Edgar fueron inspirados o escritos bajo la influencia del alcohol.
La prueba de esta afirmación es evidente por sí misma. No es fácil imaginar una
de las largas frases de Poe, fluidas y cuidadosamente construidas, elaborada
bajo un estado que no sea la sobriedad.
Debemos tener mucho cuidado al aceptar como cierto cualquier comentario sobre la
afición de Poe a la bebida. Los enemigos de Poe, y otros que deberían saber más
antes de hablar, con frecuencia atribuyeron a la bebida cualquier referencia a
sus enfermedades. Aunque parece que más de una y dos copas pusieron a Poe muy
enfermo, no es comprensible asumir que nunca estuvo enfermo de otras causas por
otro lado más comunes. Además no deben contarse las repeticiones de un suceso único como si
fueran independientes, por no mencionar cuestiones obvias a tener en cuenta,
tales como el carácter de los testigos, la fiabilidad de la memoria del que nos
cuenta las cosas o que los recuerdos fueron recogidos después de más de una
década. Los testimonios de segunda mano tampoco deberían aceptarse.
Ciertamente, Poe bebió, y en ocasiones más de lo aconsejable para él, incluso
tras haberse prometido a sí mismo mantenerse lejos del alcohol. También parece
que el padre de Poe (David Poe, Jr.) y su hermano (Henry Poe) fueron grandes
bebedores. El 10 de agosto de 1829 Poe le escribió a John Allan: "Henry está
completamente entregado a la bebida y no puede ayudarse a sí mismo". Estos lazos
familiares a la bebida podrían sugerir una predisposición genética, algo
consistente con nuestro concepto actual del alcoholismo. Las repetidas, y
frecuentemente fallidas, promesas de que dejaría de beber para siempre no son
más que esa coletilla que nos recuerda al alcohólico.
Los
flirteos de Poe con el alcohol, sin embargo, fueron intermitentes. Algunos días
seguidos bebiendo, seguidos de meses e incluso años de abstinencia. En abril de
1841 Poe escribió al Dr. J. Evans Snodgrass defendiéndose de las acusaciones de
W. E. Burton: "Soy moderado hasta la severidad... en ningún momento de mi
vida fui lo contrario... mi carácter sensible no podría soportar la excitación
que preocupaba todos los días a mis compañeros. En pocas palabras, a veces
sucedía que yo estaba completamente borracho. Varios días después de cada
exceso debía guardar reposo en cama invariablemente. Pero han pasado unos cuatro
años desde que abandoné toda bebida alcohólica... cuatro años, con la excepción
de una única desviación cuando me ofrecieron usar sidra con la esperanza de
revertir un ataque de nervios". Que Poe admitiera esa "única desviación" habla a
favor de su honestidad en esta carta.
Existe poca documentación sobre Poe y el alcohol anterior a 1841. Mucha de la
que existe sólo procede de recuerdos escritos mucho tiempo después de los hechos
que tratan de narrar. Sus inicios en la bebida pudieron ser en 1826, cuando
asistió a la universidad de Virginia. Apartado por primera vez del control e
influencia paternos, muchos jóvenes cayeron bajo el hechizo de la vida salvaje.
La bebida, el juego, e incluso luchas con pistolas fueron problemas frecuentes.
Poe no era inmune a tales tentaciones. En 1880, uno de los compañeros de clase
de Poe, Thomas Goode Tucker recuerda: " habría agarrado un vaso entero, sin
agua o azúcar, y se lo habría echado al coleto de un sólo trago. Esto con
frecuencia lo agotaba; pero si no, rara vez volvía a la carga". Debería
discutirse cuánto y con qué frecuencia Poe bebía durante la universidad. En 1868
William Wertenbaker dijo: "Con frecuencia le veía en la sala de conferencias
y en la biblioteca, pero nunca noté en él la más leve señal de estar bajo la
influencia del licor. Entre los profesores tenía la reputación de ser un joven
sobrio, tranquilo y ordenado".
Parece que Poe se mantuvo alejado de la bebida tiempo después de dejar la
universidad. Cuando dejó el ejército en 1829, se le dieron tres cartas de
recomendación. El teniente J. Howard relató: "Sus hábitos eran correctos, y
por completo fuera de la bebida". El capitán H. B. Griswold dijo
sencillamente que Poe era "ejemplar en su comportamiento" y el teniente
coronel W. J. Worth que Poe "parecía estar libre de los malos hábitos".
En varios testimonios, Poe comenzó a beber una vez que entró en el West Point.
Timothy P. Jones recuerda que Poe "realmente se dio al vicio al poco tiempo
de entrar en la escuela". Thomas W. Gibson aporta algunos comentarios
contradictorios en 1867: "no creo que se intoxicara estando en la academia,
pero ya había adquirido el peligroso hábito de beber de forma constante". Ni
Jones ni Gibson son testigos completamente fiables puesto que fueron sometidos a
consejo de guerra y despedidos del West Point en 1832, John por negligencia
hacia sus deberes militares y académicos, y Gibson por prender fuego a un
edificio cercano a los cuarteles. También debe tenerse en cuenta que John relató
sus recuerdos en 1903, unos 70 años después de sus días en el West Point.
El
siguiente dato de Poe bebiendo transcurre en Baltimore, en 1832. Su amigo
Lambert A. Wilmer recuerda en 1866: "En una ocasión, cuando fui a visitarle a
su apartamento, me sacó una jarra de una bebida alcohólica procedente de
Jamaica, de acuerdo con una práctica muy común en esos días... Poe consumió
moderadamente dicho licor; y esa fue la única vez en que le vi tomar bebidas
fuertes. En otra ocasión estuve presente cuando su tía, Mrs. Clemm, le regañó
severamente por haber llegado a casa bebido la tarde anterior... deduje de la
conversación entre Mrs. Clemm y Poe que la falta por la que le reprendió no era
de ninguna manera frecuente, y nunca más escuché que le amonestaran por una
situación similar".
La
primera referencia segura respecto a que Poe bebiera sucede en Richmond, en
1835. El 8 de septiembre de este año, T. H. White, propietario del Southern
Literary Messenger, escribió a Lucian Minor: "Poe es ahora mi empleado... no
como editor. Por desgracia está bastante disipado y por lo tanto no puedo
confiar mucho en él. Su disposición es agradable. Será de bastante ayuda en la
corrección de pruebas, o al menos eso espero..." Poe no cumplió por completo
tales esperanzas y White se vio obligado a dejarle marchar unas semanas más
tarde. A finales de septiembre, Poe solicitó ser readmitido prometiendo evitar
la bebida. En diciembre White volvía a escribir a Lucian Minor: "Poe, siento
tener que decírtelo... todavía le da a la botella". El 22 de enero de 1836,
Poe escribió a J. P. Kennedy: "Aunque no respondí tu amable carta de
advertencia de hace unos meses, ésta tuvo gran influencia sobre mi. Desde
entonces he luchado resueltamente contra mis enemigos y me siento muy a gusto y
feliz al respecto". Al final de 1836, parece que Poe recayó y White se vio
obligado a despedirle. En 1875, R. M. T. Hunter, que había conocido a Poe en la
universidad de Virginia, recuerda: "aquí, en Richmond, sus hábitos no eran
buenos... Poe era el único hombre en la plantilla de White capaz de hacer ese
trabajo, y cuando ocasionalmente bebía estaba incapacitado para hacerlo". El
propio Poe admitió sus fallos durante ese tiempo. En una carta que envió a J. E.
Snodgrass en abril de 1841, Poe escribe: "...durante un corto período de
tiempo, cuando residí en Richmond y dirigía el Messenger, es cierto que cedí a
la tentación a la que resistí por el espíritu de convivencia del Southern".
Habiendo dejado Richmond, Poe y su familia se trasladaron a Nueva York, donde
compartieron un piso con William Gowans. En 1870 Gowans recuerda: "Durante
ocho meses, o más, una casa nos contuvo, una mesa nos alimentó. Durante ese
tiempo vi mucho de él... y debo decir que nunca le vi en lo más mínimo afectado
por el licor, ni caer en ningún vicio conocido...". El 19 de julio de 1838,
Poe escribió a James Kirke Paulding, "La imprudencia no se ha amontonado en
mí hasta el hábito... he sido plenamente consciente de la degradación e
inmoralidad del curso que he seguido hasta ahora, y he abandonado todos los
vicios, y sin dificultad". En 1896, el Dr. Thomas Dunn English recordó haber
encontrado a Poe borracho en 1839: "Pasaba por la calle de camino a casa,
cuando vi a alguien moviéndose con dificultad en un vano intento por levantarse
de la cuneta... Para mayor asombro, me di cuenta de que era Poe. Él me
reconoció, y ... ofrecí pasarme a verle a su casa... Tres días después de aquel
encuentro visité a Poe (recuerdo que fueron tres porque los siguientes dos días
no estuvo en la oficina), y éste se sentía muy avergonzado por el asunto,
diciendo que aquello era algo inusual en él, y que no volvería a suceder... Fue
varias semanas después que observé otra situación extraña. En aquella ocasión
escuché a varias personas decir que se había encontrado a Poe bebido en la calle
después del atardecer, y que alguien le ayudó a ir a casa". Debería tenerse
en cuenta que, después de 1845, Poe y English fueron enemigos, y que el segundo
incidente explicado es un simple rumor.
Entrado enero de 1842, comenzó la larga y grave enfermedad que causaría la
prematura muerte de Virginia en 1487. La tensión emocional de su convalecencia,
unido a sus intermitentes remisiones y recaídas, condujeron a Poe a accesos de
depresión y de excesos en la bebida. "Durante estos ataques de absoluta
inconsciencia bebí, y sólo Dios sabe cuánto y con qué frecuencia. Mis enemigos
asociaron mis dolencias al alcohol, más que el alcohol a mis dolencias. De
hecho, yo ya había casi abandonado cualquier esperanza de cura definitiva,
cuando encontré una en la muerte de mi esposa". Esta carta confirma
que durante los cinco años transcurridos entre enero de 1842 y enero de 1847
transcurrieron los incidentes más graves en relación a la afición a la bebida de
Poe. El 20 de mayo de 1843, Lambert A. Wilmer escribió a John Tomlin: "Edgar A.
Poe... se ha convertido en el más extraño de nuestros literatos. Somos viejos
amigos, nos conocemos desde la infancia y me aterroriza darme cuenta de las
vicisitudes de las que ha sido sujeto. ¡Pobre compañero!... me temo que se
encamina a la autodestrucción, moral, física e intelectual". Poe tuvo noticias
de esta carta, y escribió enojado a Tomlin el 28 de agosto de 1843. "él (Wilmer)
ha estado lanzando calumnias a mis espaldas...".
El 16 de marzo de 1843, Poe escribió a sus amigos F. W. Thomas y Jesse E. Dow: "Por
favor expresad mi pesar a Mr Fuller por haber quedado tan mal en su casa, y
decidle (si lo consideráis necesario) que no debería haber bebido tanto de su
excelente Oporto con el que se acompañó la velada". En abril de 1844 Poe le
escribía a Maria Clemm: "Me siento muy bien, y no he bebido ni una gota, así
que espero salir del paso". Al Dr. Thomas H. Chivers, Poe le escribía el 29
de agosto de 1845, incluyendo la postdata "no he tocado una gota de las
'cenizas' desde que dejaste Nueva York, y estoy decidido a no tocar ni una gota
más lo que me queda de vida". El 22 de julio de 1846, Poe volvió a escribir
a Chivers "Aquí tienes algo de lo que creo te alegrarás de saber: ha pasado
mucho tiempo desde que algún estímulo artificial ha pasado por mis labios... me
he olvidado para siempre de la bebida... cuenta con ello... pero las apariencias
engañan".
Alexander Crane, un empleado del Broadway Journal, recuerda a Poe bebiendo en
abril de 1845. Poe fue invitado a dar una conferencia, la cual se canceló por el
mal tiempo y la escasa participación. La siguiente mañana, Poe acudió a la
oficina "colgando del brazo de un amigo, emborrachado con vino". James Russell
Lowell dijo haber visitado a Poe a su casa en mayo de 1845 y encontrándole un
poco achispado, como si se estuviera recuperando de una borrachera". El
comentario de Lowell está verificado en una carta de C. F. Briggs del 16 de
julio de 1845. Briggs le escribe a Lowell lo siguiente: "La suegra de Poe me
dijo que el día que lo visitaste estaba un poco alegre, y que actuaba de forma
extraña, pero no noté nada en él cuando le vi a la mañana siguiente". Briggs
añade después: "Iba a recitar un poema [...], pero la borrachera se lo
impidió. Creo que no había bebido nada durante más de 18 meses hasta al menos
los últimos tres, pero durante éstos no fue raro que alguna persona cargara con
él en deplorables condiciones". La última historia parece venir de un
artículo impreso por el Dr. English en el Morning Telegraph el 23 de Junio de
1846: "Mr. Poe aceptó una invitación para recitar un poema [...] pero él no
pudo escribir el poema, y, como siempre hacía cuando tenía un problema, bebió
hasta emborracharse; y permaneció alcoholizado durante toda la semana".
Una desgracia que ocurrió el 16 de octubre de 1845 en el Liceo de Boston pasaría
a ser una de las más desgraciadas apariciones públicas de Poe, siendo la
comidilla para sus enemigos en la prensa. Poe había aceptado una invitación para
leer un poema, entendiendo que se trataría de una pieza original y expresamente
escrita para la ocasión. Se le pagaron 50 dólares como honorario. Conforme
pasaba el tiempo, Poe se encontró con la presión de la fecha límite, con lo que
su musa no aparecía. Incapaz de escribir un nuevo poema, Poe leyó en su lugar
"Al Aaraaf", titulado como "La estrella mensajera de Tycho Brahe".
En la recepción que hubo a continuación, admitió en privado la humilde
naturaleza del poema, como si se tratara de una gran broma dirigida a los snobs
del Liceum. La noticia se extendió rápidamente y los Frogpondians (como Poe
llamaba a los literati de Boston) no se tomaron muy bien que bromearan a sus
expensas. Los periódicos de Boston estaban indignados y no tuvieron reparos en
denunciar su actuación. El 15 de noviembre, el New England Wahingtonian añadió
una nueva acusación al debate: "Poe debería agachar la cabeza avergonzado
ante el pensamiento general de que ese día se presentó ante un público moralista
e inteligente ¡borracho!" La desafiante respuesta de Poe a tales ataques no
fue muy bien considerado y no le dio mucho crédito: "estamos perfectamente
dispuestos a admitir que estábamos borrachos, incluso ante la cara de al menos
cien o doscientos Frogpondians (bostonianos) que hubiesen jurado que no lo
estábamos... Deberíamos emborracharnos cuando nos apeteciera. Aconsejamos a su
vez al director del Jefferson Teetoaler (o lo que sea) que se emborrache también
lo antes posible". Poe pudo haber tomado una copa de vino o algo de champagne en
la recepción. El hecho de que incluso los comentarios más negativos durante las
siguientes semanas no hicieran alusión a que estuviese bebido sugieren que
realmente no lo estaba. Sin embargo, una vez que la acusación fue hecha, se hizo
indeleble como parte del mito de su alcoholismo, que le acompañaría hasta la
tumba.
Aunque Poe no hubiera tomado ninguna gota más de alcohol durante el resto de su
vida, probablemente las acusaciones no habrían desaparecido. Lamentablemente,
Poe parece que continuó teniendo ocasionales recaídas. Robert D'Unger recuerda
que en la primavera de 1846 vio a Poe en Baltimore. "Viendo a Poe dirigirse al 'Bar'
y tomarse un gran whiskey (supongo que esa era su bebida favorita)... me formé
la opinión de que el poeta había visto en sus tiempos el rostro de muchos
camareros..." D'Unger también dijo que en 1847, Poe y William M. Smith visitaron
la casa de Mary Nelson con una botella de champagne. Como sucede con otras
persona que aportaron recuerdos sobre Poe, la veracidad del comentario de
D'unger ha sido puesta en entredicho con frecuencia, aunque no refutada
expresamente.
El Dr. English, en respuesta a los comentarios que Poe hizo sobre él en "The
Literati", publicó un artículo en el Morning Telegraph en el cual acusaba a Poe
de "haber sido culpable de muchas conductas descorteses en un estado de
embriaguez..." e incluyó una acusación de falsificación. El artículo de English
fue copiado en el New York Mirror y esta batalla literaria se encarnizó.
Finalmente, Poe llevó el asunto a los tribunales, aunque demandó al Mirror más
que al Dr. English, posiblemente porque el Mirror tenía los bolsillos más
grandes. El 17 de febrero de 1847 el caso se hizo oir. El Dr. English había
volado a Washington D. C. y la defensa no presentó testigos. Testificando a
favor de Poe, Freeman Hunt y Mordecai M. Noah afirmaron que ellos "nunca
escucharon nada contra él excepto que ocasionalmente se aficionaba a las
borracheras". Poe ganó el caso y fue recompensado con 225 dólares por los
perjuicios causados. Poe sintió que se había hecho justicia, pero el comentario
de la "afición a las borracheras" fue repetido encarecidamente por Hiram
Fuller, uno de los propietarios del Mirror, así que el episodio entero alentó a
los enemigos del escritor a hacer más y más representaciones satíricas del
mismo.
El 29 de febrero de 1848, Poe escribió a George W. Eveleth: "Me levanto
temprano, como moderadamente, no bebo más que agua, y hago regularmente mucho
ejercicio al aire libre... las causas que me enloquecieron hasta la bebida ya no
existen, y he terminado con la bebida, para siempre". En 1848, Poe visitaba a su
prometida, Sarah H. Whitman, después de haber roto su promesa de no beber más.
Durante unos pocos meses ella canceló los planes de boda, pero jamás habló mal
de él.
El 7 de julio de 1849, Poe escribió a Maria Clemm desde Filadelfia: "Me han
enviado a prisión una vez por estar bebido, pero en aquella ocasión no lo
estaba. Fue por Virginia". Desde Richmond, Poe escribió de nuevo a Maria
Clemm: "Durante más de diez días estuve totalmente trastornado aunque no
estaba bebiendo ni una gota; y durante este intervalo imaginé las más terribles
calamidades... Todo eran alucinaciones, que tomaban la forma de un ataque que yo
jamás había experimentado antes... no he bebido nada desde el viernes por la
mañana, y sólo un pequeño vino de Oporto entonces. Si es posible, querida madre,
me libraré de esta dificultad por tu bien, tu amado bien. Así que mantén tus
esperanzas". Esta confesión ha sido interpretada como un caso de delirium
tremens inducido por la abstinencia alcohólica.
A finales de agosto de 1849, Poe fue iniciado en los Hijos de la Templanza, en
Richmond. En 1900, W. J. Glenn, antiguo oficial de los Hijos de la Templanza,
informaba a James A. Harrison de lo siguiente: "Se afirmó, y pronto esa
información circuló rápidamente, que su muerte fue el resultado de una juerga
que comenzó tan pronto como él llegó a Baltimore. Nosotros, de la orden de la
templanza a la que Poe perteneció, nos esforzamos por atenernos a los hechos,
por lo que el consenso fue que no había estado bebiendo, sino que fue drogado".
El obispo O. P. Fitzgerald, aseguró que Poe asistió a una fiesta de cumpleaños
en Baltimore y, por cortesía, no pudo rechazar el brindis que proponían los
anfitriones. Si el alcohol estuvo o no implicado en su muerte ha sido debatido
durante mucho tiempo, pero dado que todos los testigos por ambas partes han
podido modificar las evidencias, no se pueden sacar conclusiones certeras.
Además de los casos específicos comentados antes, existen comentarios generales
sobre la afición de Poe a la bebida, la mayoría procedentes de sus enemigos
literarios. Por poner un ejemplo, el Dr. English atacó salvajemente a Poe en una
serie de dieciséis capítulos publicada en el New York Mirror, en la que lo
convertía en un personaje llamado Hammerhead (cabeza de martillo) al que tachaba
de borracho y vicioso. Este incidente, como otros, no sirven para describir los
hechos reales y lo único que hacen es reflejar la hostilidad de los escritores.
Esta es, por tanto, parte de la información que se dispone sobre Poe y el
alcohol. Si es justo o no tacharle de alcohólico es algo que queda a vuestro
juicio.
Poe y la absenta
Un
nuevo mito se ha añadido a la historia de los problemas de Poe con el alcohol,
como por ejemplo el que fue un temprano aficionado a la absenta, un licor verde brillante hecho a
partir de ajenjo. Además de su atractivo color, la absenta tiene una alta graduación
alcohólica, y contiene un compuesto químico de naturaleza similar al tetrahidrocannabinol.
Cuando se empieza a tomar, conduce a un estado de ensoñación alucinógena, algo
que sirvió a muchos artistas y literatos en la última mitad del siglo XIX, desde
Charles Baudelaire a Oscar Wilde. Su uso abusivo da lugar a peores
consecuencias, incluida la locura.
Esta afirmación sobre Poe parece que tuvo acogida a raíz de una publicación de
Barnaby Conrad III en su libro Absenta: Historia en una botella. En la página
98, Conrad reproduce una fotografía de Poe y la acompaña con la siguiente
reseña: "Edgar Allan Poe, 1848. Poe y su amigo Henry Beck Hirst, un abogado
interesado en derechos de autor internacionales y ornitología, visitaba
regularmente las oficinas en Filadelfia de John Sartain, un conocido bebedor de
absenta. Allí Poe y Hirst aprendieron a beber lo que debería ser una terrible
mezcla de brandy y absenta. Después de emborracharse, Hirst, dada su pasión por
los pájaros, insistió para que Poe recitase El cuervo. El alcohol condujo a Poe
a una muerte prematura, aunque Baudelaire, traductor de Poe al francés, pensó
que el alcohol era esencial para sus creaciones: 'una mágica vía que lo
transportaba a los espacios encantados de lo irreal'." Por desgracia, en
esta elaborada historia sobre Poe no se aporta ni un solo atisbo de
documentación o sugerencia de alguna fuente.
Una
fuente más probable, al menos indirectamente, es un libro escrito por John
Sartain, aunque éste ha sido malinterpretado. En sus Reminiscencias de un hombre
muy viejo, Sartain aporta algunos breves, pero detallados acontecimientos de sus
encuentros con Poe, incluyendo un extraño episodio en Filadelfia, en el que Poe
pide a Sartain que le afeite el bigote para que los hombres que lo perseguían
con la intención de dañarle, no pudieran reconocerlo. Aunque no se menciona en
ningún punto del texto, es tanto como una alusión a la absenta. Donde la "musa
verde" hace su aparición es en el siguiente capítulo, donde Sertain escribe
sobre Henry Beck Hirst, a quien Sartain presenta como el "travieso compañero
de Poe". Sartain describe una serie de poemas en los que Hirst ayudó en
1852. "Los poemas eran brillantes hasta el cuarto, en el que aparece una
ruptura brusca, donde pronto aparecieron signos marcados de una pérdida de
facultades. La oficina de Hirst estaba a un tiro de piedra de mi casa en Sansom
Street, y él me visitaba dos o tres veces cada día. A veces insistía en llevarme
a beber absenta con él, pero sólo tuvo éxito en un par de ocasiones. No quise
continuar. Él en cambio siguió, y el final es bien conocido. Cada vez que se
marchaba de mi oficina decía "Eau reservoir" con un giro de su mano, y parecía
orgulloso de su ocurrencia". Unas páginas más adelante, Sartain continúa: "En
su demacrada condición, resultado indudable de su hábito a la absenta, Hirst
venía a verme a menudo y se quedaba hasta tarde. Sentado a mi lado pretendía
escribir poesía. Ronroneando como un gato y balanceando su cuerpo de un lado a
otro, anotaba palabras aquí y allá dejando huecos por rellenar. A veces yo le
sugería alguna palabra apropiada, y él decía 'esa es, justo esa'.
Presentaba tal deterioro de su estado físico y mental que temía que cayese
muerto en mis brazos en cualquier momento."
Aunque la afirmación de que Poe y Hirst eran "traviesos compañeros" sugiere que
ambos tenían tendencia a salir a beber juntos, las referencias de Sartain a la
absenta se dirigen a Hirst, no a Poe, y todos los datos sugieren una fecha
posterior a la muerte de Poe en 1849. Como se ha repetido muchas veces, el uso
moderno de la absenta se remonta a 1792, cuando fue inventada o redescubierta
por un doctor francés llamado Pierre Ordinaire, pero no empezó a formar parte de
la vida nocturna parisina hasta que las tropas francesas comenzaron su regreso
tras años de batalla en Algiers. Su uso comenzaba en Estados Unidos cuando Poe
estaba a punto de morir, por lo que éste no habría tenido muchas oportunidades
de adquirir el hábito. También debe tenerse en cuenta que Poe se había
trasladado a Nueva York en 1844, mientras que Hirst y Sartain se quedaron en
Filadelfia, reduciendo las posibilidades de relacionarse. En cualquier caso, no
hay indicios en los relatos de Sartain de que Poe tuviese una conexión directa
con la absenta, y en ausencia de tales evidencias la acusación debería ser
descartada, sin importar lo sugerente que pudiera ser la idea para los
fanáticos de la absenta. El nombre de Poe, al fin, puede ser retirado de la
sombra de escritores que buscaron inspiración bajo el amargo lecho de la "Hada
Verde".